FARID KURY
La sociedad dominicana aspira a un cambio. Eso lo palpo hablando con las gentes, y eso, dicen las encuestas creíbles.
El sol no se puede tapar con un dedo. La gente quiere un cambio. Y es natural que sea así.
No sólo porque hay insatisfacción, sino además, porque los seres humanos somos proclives al cambio. Siempre queremos cambiar, más si se trata de un cambio político.
Ese no es el problema. La interrogante sería: ¿Quién en estos momentos, en esta coyuntura, representa el cambio en la República Dominicana.
Hipólito Mejía gobernó el país en el período 2000-2004, y sabemos, no lo hizo bien. Es más, lo hizo mal.
Amén de su estilo chabacanero, que en muchos casos, llegó a significar una vergüenza para el país, en el terreno económico y social, resultó ser un verdadero fiasco.
En su gobierno no hubo, que sepa yo, ningún cambio positivo en la vida de los dominicanos.
Al contrario, la pobreza, el desempleo, la falta de oportunidades, la desigualdad y la inequidad social, aumentaron considerablemente en ese período.
Las conquistas logradas en el gobierno del presidente Fernández de 1996 desgraciadamente fueron anuladas en el gobierno de Hipólito.
Aquello fue el desastre, el caos, el atraso.
Esa es la verdad monda y lironda.
Entonces ¿De qué cambio puede Hipólito hablarle a los dominicanos?
Hipólito no puede hablar de cambio. No tiene la autoridad, producto de su desastrosa gestión anterior, de proyectarse como promotor del cambio que la sociedad desea.
Si de lo que se trata es de cambio, la única opción, la verdadera opción, es Danilo Medina.
No sólo porque no ha gobernado la nación, no ha sido presidente, sino porque es el candidato que tiene un real proyecto de nación, capaz de combatir la pobreza y de construir una sociedad más incluyente y con menos inequidad social.
Hipólito significa más de lo mismo que hizo en 2000. Danilo, en cambio, es la esperanza, es la alternativa real, y es el verdadero cambio.
Démosle la oportunidad a Danilo y verán lo que es un cambio de verdad. Este es el momento de Danilo, y los dominicanos no debemos fallar.
La República Dominicana nos convoca en esta coyuntura histórica, y sus hijos buenos no podemos fallarle.
Demos un paso al frente y apoyemos a Danilo, el candidato del cambio, el cambio de verdad.