MANUEL A. VEGA
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SABANA DE LA MAR.- José Ortega, un anciano de 73 años, ha tenido que vivir los momentos más difíciles en la postrimería de su prolongada vida, debido a que por error le apresaron a tres hijos menores en un allanamiento en Miches, asegurando que volverá a ver cuando sepas que sus hijos recobraron la libertad.
Sostiene que el día que vea a sus hijos fuera de la cárcel de El Seibo, donde casi llevan dos años, recobrará la vista, porque según dijo es una “predicción que adelanto me ha dicho Dios”.
El anciano narró que sus hijos Nelvi, Hermenegildo y Ariel fueron a dormir en el mes de mayo del 2009 a la casa de su abuela Basilia Gil Rosario, en Los Franceses de Miches, pero que allí llegó la policía acompañada de una fiscal y lo sacaron confundiéndolo con unos primos que había realizado un atraco a una estación de expendio de gas en Sabana de la Mar.
Indicó que a los ladrones lo soltaron y que sus hijos ya van a cumplir dos años de prisión sin ser procesados injustamente.
“Lidia Gil Rosario, madre ha tenido que alquilarse en casa de familia, para poder llevar comida a sus hijos cada 15 días, mientras yo agravo mi situación al no poder trabajar por estar ciego”, contó el atribulado anciano.
José Ortega, defendió el honor de sus vástagos y aseguró que ellos no tuvieron que ver nada con el atraco a la bomba de gas en Sabana de la Mar, por lo que pidió a la justicia de Hato Mayor ser condescendiente en su caso.
“Quiero volver a ver y solo lo lograré cuando la justicia de Hato Mayor me devuelva a mi casa a mis hijos, que están presos injustamente, porque ellos solo eran visita en la casa de su abuela, cuando se practicó el allanamiento en busca de unos primos que habían asaltado una estación de gas en Sabana de la Mar”, acotó el anciano que visitó la redacción de este medio en compañía de su esposa, Lidia Gil Rosario.
Dijo que su alma está quebrada y que está pasando hambre, porque los niños cuando no estaban en la escuela me ayudaban con la comida, porque lavaban vehículos y motores en Sabana de la Mar.
ESTAN ENFERMOS
Lidia Gil Rosario, madre de los jóvenes presos, denunció que sus hijos han enfermado en la cárcel de El Seibo y que teme adquieran una enfermedad infectocontagiosa dado el hacinamiento que impera en la penitenciaría pública, General Pedro Santana de El Seibo.
“Los niños tienen sarna en la piel y una tos que no se le quita, los pies se le están pelando, porque tienen que pisar la orina de otros reos cuando van al baño”, dijo la mujer que no cesó en pedir ayuda.
Dijo que los hijos son lo que ayudaban a su padre a buscar el moro de la casa, pero que al caer presos, en el hogar se está pasando hambre, porque no se come igual.
Apeló a la sensibilidad humana de la justicia de Hato Mayor, para que nos ayuden, “porque somos gente pobres, no tenemos de qué echar mano, la miseria nos arropa y agobia”.