Esta tala la patrocina alegadamente un capitán del Ejercito |
Manuel Antonio Vega
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Hato Mayor.- La explotación ecoturística, que apenas inicia su desarrollo en las provincias del Este del país, tiene como sus principales enemigos, la tala de árboles y la extracción indiscriminada de arena de ríos y arroyos, que se realizan ante la mirada indiferente de las autoridades judiciales y el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
Importantes zonas con bosques húmedos, están siendo depredadas en las montañas del distrito municipal de Yerba Buena al oeste de Hato Mayor.
La extracción de arena y depredación de los bosques son tangibles en comunidades como Magarín, Vicentillo, El Jobo de El Seibo, kilómetro 18 carretera Hato Mayor-Sabana de la Mar, en Castellano y en varios puntos de la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Los Haitises.
La sociedad ecológica “La Vida Está en los Árboles”, advierte en documento de prensa, que los turistas se están desencantando por la depredación que están permitiendo las autoridades en la zona Este.
“Hasta los turistas que visitan la zona, se asombran de la criminal tala de árboles que se está llevando en Yerba Buena y El Jobo, afectando el turismo de montaña”, se lee en el documento, que lo hicieron acompañar de fotos de la tala que se registra en los bosques de Hato Mayor.
Miles de árboles maderables y frutales han sufrido los efectos del hacha y el machete, que en mano de los depredadores están convirtiendo el bosque en calveros, es decir, en comunidades sin arbustos.
Muchas de las talas se hacen bajo el amparo de que se están creando proyectos de la Reforma Agraria, que nunca han estado avalado por las autoridades agropecuarias del país, pero que encuentran legisladores, gobernadores y alcaldes, que permiten las invasiones por los favores políticos en campaña.
Alcaldes municipales de El Valle, Sabana de la Mar, Miches, Yerba Buena, Mata Palacio, Pedro Sánchez, Higüey y otras poblaciones, estarían extrayendo gravas de ríos y arroyos para la construcción de aceras y contenes y pequeñas obras, lo que atenta contra la fauna y la flora en estas ciudades.
Con la tala de árboles se está incentivando en el Este la construcción de hornos para la fabricación de carbón vegetal, práctica que había desaparecido desde que el fenecido presidente Joaquín Balaguer, quien desalojó los campesinos del Parque Nacional Los Haitises, a principios de la década de 1990.
En Castellano, una comunidad que hace frontera con Monte Plata, ha sido casi extinguido el santuario de caobas centenarias, que fueron sembradas para mejorar la pluviometría de la zona hace más de 100 años e incentivada después por el tirano Rafael Leonidas Trujillo a mediado de la década de 1950.
Aunque se están derribando árboles, en los pueblos de la región Este, la siembra es tímida por parte de las autoridades de Medio Ambiente, que también son pobres en aplicar la ley contra los depredadores.
Los caudales de ríos tan importantes como el Higuamo, Maguá, Yanigua, Guamira, El Sano, Yabón, Magarín, Seibo, El Soco, Arroyo Rico, así como arroyos, han disminuido sus aguas, lo que se atribuye al derribo de árboles y el saque de arena en los afluentes.
La entidad ecológica denuncia que la extracción de arena se realiza hasta para comercializarse en pueblos como Hato Mayor, El Valle y Sabana de la Mar.
La quema de carbón y la destrucción de los bosques en la región Este, ha permitido que colonias de abejas y aves exóticas emigren a otras poblaciones.