Murió la anciana más vieja del mundo

Madre de tres hijos, dos de los cuales fallecieron durante la crisis de hambre después de la Segunda Guerra Mundial, Antisa tenía 12 nietos, 18 bisnietos, y cuatro tataranietos, y atribuía su buena salud y su longevidad a la copita de brandy que tomaba a diario.

Hablaba el dialecto de Mingrelian, y al cumplir 130 años, en 2010, a través de un traductor aseguró que «siempre estuve sana, y trabajé toda mi vida en mi casa y en la granja«.

Durante la última década tuvo algunos problemas para caminar, por lo que se quedaba la mayor parte del tiempo recostada en la cama o sentada, además de haber perdido fuerza en sus dedos, lo que le impedía continuar con su amor por el tejido de punto, según comentan sus familiares.

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