Fallece en Hato Mayor Tatica Mejía Vda. Liriano

DOÑA TATICA MEJIA
MANUEL A. VEGA
HATO MAYOR.- Muy sentidas ha sido la repentina muerte por paro cardíaco de doña, Eustacia Mejía, Vida. Liriano (Tatica), madre de una pléyade de hombres y mujeres ligados al mundo de los negocios y el profesionalismo en Hato Mayor.
Doña Tatica, como era conocida la dama, murió a los 86 años, en su residencia del sector La Javilla, de esta ciudad.
Estuvo casada con el hacendado Zenón Liriano, ya fallecido, con quien procreó a once hijos, que ayudó a educar y orientarlo por el camino del bien y el cristianismo.
El último  rezo será oficiado este martes a  partir de las 3:00 de la tarde en la que fuera su residencia, ubicada en la calle Padre Peña, número 43, que culminarán con una misa en la parroquia “Nuestra Señora de Las Mercedes”.
Con Zenón Liriano procreó a Manuel, María, Olimpia, Basilia, Margot, Andrés, Kenia, Julia Belkis, César Julio, Julio César, Iris y Arismendy Liriano Mejía.
La fallecida nació el 29 de junio de 1925 y fue llamada a la presencia del Señor el día 20 de noviembre del 2011.
ACRÓTICO
Estarás por siempre en nuestros corazones
Unidos seguiremos tus ejemplos de fortaleza y valor
Sembraste en nosotros mucho amor y nos enseñaste que el
Tesoro más preciado del ser humano es la honradez y que debemos
Amarnos los unos a otros
Como Jesús nos ha amado
Ida a destiempo, pero con la esperanza y el
Anhelo de poder compartir contigo la resurrección en el último día.
PENSAMIENTOS DE LOS HIJOS
Qué dama tan bella, serena, especial, ante todo, sencilla, humilde, entregada a los demás, dispuesta a dar todo sin recibir nada a cambio.
No tenemos palabras para expresarte todas las virtudes que te adornan.
¡Mamá, tú no has muerto, solo descansas!
Gracias por ser la estrella que alumbra y guía nuestras mentes y corazones. Te queremos hasta siempre.
Tus hijos, nietos, biznietos, yernos, demás familiares y amigos.
LA PETICIÓN
No se aten a mí con lágrimas, más bien démosle gracias a Dios por nuestros maravillosos años vividos juntos.
Yo les di mi cariño,  a pesar de los altibajos que la vida nos presenta.
Ustedes no se imaginan cuanta alegría me dieron, agradezco a cada uno de ustedes, el cariño que me dispensaran, pero llegó el momento de partir, y debo irme sola, pues éste es el verdadero viaje que debemos hacer.
Continúen siempre unidos y en paz, que fue lo que yo siempre quise.
La vida sigue y aunque físicamente me vean, yo estaré cerca, mi amor los rodea y después cuando ustedes tengan que viajar solos por este camino, yo los recibiré con esa sonrisa que nunca faltó en mis labios.
Gracias por los momentos de amor en familia, sinceridad y regocijo.
Que la vida de ustedes, siga siendo bella, como las flores de la primavera y mi muerte, como las hojas de otoño.

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