HATO MAYOR.- El Senado de la República reconoció a la señoraRegina Díaz viuda Mateo, en un concurrido y emotivo acto con ocasión de la celebración del Día de las Madres. Díaz fue reconocida como “MadreSoberana”, en la celebración que también fueron honradas otras madres de Hato Mayor.
El acto encabezado por el senador Rubén Darío Cruz llenó de júbilo a la población y de emoción a la familia de la madre destacada como “Soberana”.
Regina Díaz nació el 7 de septiembre del año 1930, en la sección Yerba Buena, del entonces municipio y hoy provincia Hato Mayor del Rey. Es la segundahija de la familia que procrearon Leoncio Díaz y Clemencia Peña, quienes infundieron en ella los valores de honestidad, amor al trabajo y responsabilidad desde los primeros años de su vida, base fundamental de su formación, la cual ha puesto al servicio de su familia y su comunidad a través de los años.
Asistió a la escuela durante muy poco tiempo, pues las precariedades propias de la época en que se desarrolló sólo le permitieron llegar al tercer grado de primaria.
Fue la mano derecha de su madre en las tareas del hogar formado por una hermana mayor y 10 hermanos menores a los que ayudó a criar con un grado de responsabilidad increíble, tanto en la formación moral de ellos como en la colaboración en el aspecto económico y familiar.
TrabajoSus datos biográficos, leídos durante el acto, recuerdan que doña Regina, desde temprana edad, encabezó y dirigió la principal actividad económica de la familia: “La producción de casabe” encendiendo siete burenes diariamente para ser vendido en la población más cercana, así como en la crianza de animales, y en la producción agrícola.
De adolescente se enroló en actividades socioculturales y religiosas participando activamente en la celebración de los velorios dedicados a la Virgen de La Altagracia, llegando a consolidarse como una de las mejores intérpretes de las salves a la protectora del pueblo dominicano.
FamiliaA los 20 años se casa con Francisco Mateo (don Quico) con quien procreó una familia de 11 hijos, de los cuales viven sólo ocho, y sirvió de madre a tres más, hijos de un matrimonio anterior de su esposo.
A los once los crió con esfuerzo y dedicación de madre ejemplar, los formó transmitiéndoles los principios y valores forjadores de personalidades, quienes hoy forman parte de la sociedad a la que cada día aportan de esos valores y principios recibidos de su progenitora. El acto contó con cientos de munícipes de aquí.